viernes, 27 de julio de 2012

Chica y León Marinos



Una tarde, con la marea alta, se llevaron a León Marino; en un barco alto y oxidado. Ahora no sé si está muerto o en el circo.

¿Qué es una chica marina sin su león? Pues sólo una chica que cada tarde le pregunta a la marea alta si vio a un león que pese amar el mar, viaja sobre un trozo de metal; alto y oxidado.

Las olas se escandalizan "woshhh!" y braman; pero mi León Marino no vuelve y empiezo a extrañar su aliento caliente en mi oreja derecha y su melena desordenada de león distraído y excéntrico. Obviamente, no debo ser la única: es la segunda noche de tormenta, las nubes truenan y el mar se levanta alto, para ver lejos; al mar le gustaba sentir las cosquillas de sus aletas al nadar.

Tan fuerte fue la tormenta y los esfuerzos por alzarse de la mar, que al amanecer llegaron a la costa enormes trozos de metal, cajas y un rugido lejano muy familiar. Abrí los ojos llenos de sal, ¡es mi León Marino! volviendo a hacer cosquillas al mar, hondeando su melena de león distraído y excéntrico, acercándose a mí para calentar, una vez más, con su aliento mi oreja derecha.



1 comentario:

  1. Muy curioso el relato que acompaña al cuadro. Al cuadro viajera ya le pongo yo la historia detrás, en malévola colaboración.

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